En los últimos años han surgido varios modelos con los que intentar medir los impactos ambientales asociados a determinadas emisiones de contaminantes de origen antrópico, como es el caso de los gases que contribuyen a producir el efecto invernadero y por consecuente al cambio climático. Entre ellos, el más conocido sin duda es el dióxido de carbono (CO2), que se ha convertido en el principal compuesto a reducir en la lucha contra el deterioro del medio ambiente desde 1997, tras la aparición del Protocolo de Kioto.
Desde entonces ha sido creciente la preocupación por frenar el cambio climático, y variadas las medidas adoptadas (Desde crear sumideros de carbono hasta mecanismos de desarrollo limpio como son las energías renovables o la eficiencia energética).
En este contexto nace la Huella de Carbono. Una medida potencial de gases de efecto invernadero (GEI) asociados a una empresa u organización, producto y/o nación (incluso persona) en orden a determinar su contribución al cambio climático. Una herramienta sin lugar a dudas para la concienciación social hacia prácticas más sostenibles a las diferentes organizaciones, empresas y/o ciudadanos.
Fuente: www.ceambiental.com
Este análisis, basado el ciclo de vida (aunque puede ser para uno de los procesos) junto a numerosas normas estándares (ISO 14040, 14067, PAS 2050, ISO 14069, etc.) contabiliza los GEI generados en los numerosos procesos de una organización, nación o en los diferentes estadios del producto; desde la adquisición de las materias primas de este para su elaboración hasta su gestión como residuo. Permitiendo, además de conocer que fases o procesos de nuestra organización, producto o nación son las que más contribuyen al cambio climático, desde donde podemos actuar para hacer más eficientes dichos procesos y propiciar ahorros en estos. Además, esta huella de carbono (HC) se presenta a los consumidores como una diferenciación entre organizaciones,naciones y productos. Un gran ejemplo está en la adquisición de un pepino ecológico de un país extranjero, que a pesar de ser ecológico la cantidad de energía que se ha consumido en su transporte hasta nuestras mesas, hace que pierda todo el atractivo para el medio ambiente. De ahí, la famosa frase » de la huerta a su casa«.
La medición de la huella de carbono crea verdaderos beneficios para las organizaciones a nivel de marketing, pues es una herramienta útil a la hora de demostrar el grado de concienciación hacia el medio ambiente. Dejando a un lado esta parte de marketing, hay que resaltar como la huella de carbono al identificar las fuentes de emisiones de GEI de un producto y/o organización, permite definir mejores objetivos y procesos, políticas de reducción de emisiones más efectivas e iniciativas de mejora, entre ellas en materia de eficiencia energética, que se traducirán en ahorro en costes económicos.
Todo ello consecuencia de un mejor conocimiento de los puntos críticos para la reducción de emisiones que además, como consecuencia de esa medición de huella de carbono se puede incidir en el impacto ambiental, pudiendo pues, o reducirlas en la medida de lo posible o compensarlas.
Ejemplificando de manera sencilla la frase anterior, en la producción de ladrillos, una forma para ello sería obtener las materias primas de las fuentes más cercanas y/o incluyendo si es posible planes de compensación de emisiones para las que no se consiguen eliminar o reducir, como la implantación de cubiertas vegetales o reforestación de zonas deforestadas a modo de lugares de secuestro de CO2.
Estas prácticas no solo ayudan a la reducción de estos gases, sino a una proliferación en la zona de actuación de la biodiversidad al encontrarse hábitats idóneos para las poblaciones biológicas aledañas. De esta forma y entre otras, se puede hablar de sostenibilidad urbana.
Dentro de las herramientas de las que se disponen, sin lugar a dudas apostar por la eficiencia energética es una vía eficaz para reducir la huella de carbono. Pues ayuda ya no solo a la reducción de GEI, sino además a un considerable ahorro en materia energética y por ende en costes económicos.
A modo de síntesis, huella de carbono es un nuevo concepto que alude tanto a organizaciones, naciones y/o productos. Con el fin de introducir y concienciar, unas buenas prácticas de responsabilidad ambiental trascritas a la empresa, e indirectamente a la situación medio ambiental global.
Fuente: Elaboración propia. Cortijo en Río Trevélez
